Muchas personas nos preguntamos qué nos ha enseñado la pandemia del Covid-19. A nivel personal y artístico me ha dado el tiempo suficiente, (algo que pocas veces valoramos cómo se merece) para abrir una “ventanita” en mi mundo creativo. Con vuestro permiso os contaré su origen y devenir.
La historia empezó hace un año, en una de mis caminatas matutinas y diaria pasé por una tienda de telas cercana a mi casa. Junto a un contenedor había varios muestrarios de telas que habían deshauciado, tras ojearlos, me los llevé a casa con no sé muy bien qué hacer con ellos. Ya se me ocurrirá algo, pensé.
Pasó el tiempo, durante el cual me dediqué a mis cuadros en seda, a la venta en la plaza del Pi en Barcelona los fines de semana, y dar a conocer mi trabajo. Aquellos muestrarios seguían allí en mi estudio y llegó la pandemia y el consecuente confinamiento.
¿Qué hacer? ¿En qué pensar? Empecé a experimentar pintando en acrílico, (episodio que relaté en el anterior post) y, además, recuperé aquellos trozos de tela. ¿Se podrían pintar como en seda? ¿Se quedaría la pintura?Después de varios días de experimentación con los muestrarios tuve una revelación. Una tarde por casualidad recorté una de los tejidos que tenía sobre la mesa y que había pintado resiguiendo una forma vegetal ¿En qué se podria convertir?. Podría elaborar pequeñas pulseras con un medallón con diseños exclusivos con diferentes tejidos, colores y combinaciones. Era sólo el comienzo que debería mejorar teniendo en cuenta ciertos aspectos inevitables; diferentes medidas según la muñeca, cómo acertar con el sistema de cierre sin añadir elementos metálicos, comodidad, precauciones higiénicas, etc.
Poco a poco fui solucionando estos inconvenientes; por un lado, serían más o menos largas según el contorno de la muñeca, por otro, para facilitar un cierre fácil y seguro podría utilizar velcro debidamente cosido y reforzado.
Ahora faltaba, si no lo más importante, algo básico: el nombre. ¿Cómo bautizarlas? Deberían llamarse de manera corta y fáciles de recordar. También pensé que debería estar relacionado con las circunstancias de su nacimiento. Sin duda, el confinamiento fue una etapa complicada de incertidumbre para toda la sociedad y en diferentes ámbitos; personal, laboral, económico y emocional. Tiempos oscuros. Por ello, llegué a la conclusión, que mis pulseras podrían representar ese renacer, esa luz que surge de tiempos convulsos, aportar mi granito de arena como en toda mi obra; con vivos colores, alegría y esperanza. ¡Ya lo tenía, las pulseras de la luz!
Y, a modo de despedida, un último objetivo que pretendo con mis pulseras, ya más evidente que nunca, es que mi arte, que el arte sea mundial, es decir, que se pueda disfrutar a unos precios asequibles, que quien porte una pulsera lleve arte adonde vaya, en una palabra, que lleve luz.

 

Muestrarios de tejidos
Many of us are wondering  what the Covid-19 pandemic has taught us. On a personal and artistic level, it has given me enough time, (something that we rarely value how it deserves) to open a “little window” in my creative world. With your permission I will tell you about its origin and future.
The story began a year ago, in one of my daily morning walks I stopped by a fabric store near my home. Next to a container there were several samples of fabrics that had been evicted, after looking at them, I took them home with I don’t really know what to do with them. Something will occur to me, I thought.
Time passed, during which I devoted myself to my silk paintings, for sale in the Plaza del Pi in Barcelona on weekends, and to publicize my work. Those samples were still there in my study and the pandemic and the subsequent confinement arrived.
What to do? What to think about? I started experimenting painting in acrylic, (episode that I related in the previous post) and, in addition, I recovered those pieces of fabric. Could they be painted like silk? Would the painting  have good adherence in the raw material? After several days of experimentation with the samples I had a revelation. One afternoon by chance I cut one of the fabrics that I had on the table and that I had painted profiling a plant shape. What could it become? You could make small bracelets with a medallion in exclusive designs with different fabrics, colors and combinations. It was only the beginning that should improve taking into account certain unavoidable aspects; different measures depending on the wrist, how to hit the closure system without adding metal elements, comfort, hygienic precautions, etc.
Step by step I was solving these problems; On the one hand, they would be more or less long depending on the contour of the wrist, on the other hand, to facilitate an easy and safe closure, you could use duly stitched and reinforced velcro.
Now something basic was missing, if not most important: the name. How to baptize them? They should be called short and easy to remember. I also thought that it should be related to the circumstances of her birth. Without a doubt, confinement was a complicated stage of uncertainty for the whole of society and in different areas; personal, work, financial and emotional. Dark times. For this reason, I came to the conclusion that my bracelets could represent that rebirth, that light that arises from troubled times, contribute my grain of sand as in all my work; with bright colors, joy and hope. I already had it, the bracelets of light!
And, by way of farewell, one last objective that I intend with my bracelets, now more evident than ever, is that my art, that the art is worldwide, that is, that it can be enjoyed at affordable prices, that whoever wears a bracelet Take art wherever it goes, in a word, let it carry light.
Pulseras artesanales pintadas a mano